Winesome (Postcrossing)
La identidad de Jack el Destripador, o más conocido como
Jack the Ripper, sigue siendo un misterio para todos a pesar de las profundas
investigaciones acerca de los crímenes atribuidos a él. Su zona de acción fue
la zona de Whitechapel, zona especialmente empobrecida durante la segunda mitad
del siglo XIX a causa de los movimientos migratorios de la época. La masiva
llegada de foráneos a la zona lanzó a muchas mujeres a la prostitución, siendo
esta su única forma de sustento. Este barrio del este de Londres era más bien
conocido por sus robos cometidos, la prostitución presente en sus calles, el
alcoholismo y su extrema pobreza. Jack el Destripador ha despertado mucha
curiosidad entre los diferentes especialistas. En el caso de los psicólogos,
los homicidios cometidos apuntan la teoría de que este asesino en serie padecía
una patología llamada hipersexualidad o también conocida como adicción al sexo.
Esta enfermedad puede manifestarse de distintas formas e intensidades, en el
caso que nos ocupa, el asesino tenía una necesidad sexual incontrolable que
derivaba en la necesidad de matar mutilando los cuerpos de sus víctimas,
especialmente les quitaba los órganos reproductores. Esta tendencia contribuyó
a la creación de teorías que apoyaban el hecho de que este horrendo homicida
tenía conocimientos anatómicos. Su modus operandi: Sus victimas solían ser
prostitutas de la zona a las cuales acorralaba en calles oscuras o de difícil
acceso. Su primer paso era un corte mortal en la garganta y a eso le seguía la
"carnicería", e incluso la desfiguración facial de algunas de las
víctimas. Los medios de comunicación del siglo XIX encontraron en la historia
de Jack el Destripador una gran historia para vender sus páginas y ese hecho
influyó en la magnitud de este fenómeno. El papel de los medios fue muy
importante en la expansión de las noticias relacionadas con el salvaje asesino.
A través de los periódicos, la gente de a pie pudo seguir la investigación paso
a paso generando, de ese modo, expectativas en la Metropolitan Police, la cual
se vio incapaz de encontrar al malhechor. Desafortunadamente, los medios de
comunicación contribuyeron también a que bajo la existencia de un criminal,
otros actuaran de su misma forma. Entre 1888 y 1891 se cometieron un total de
once asesinatos de los cuales se distinguen cinco "canónicos",
llamados así ya que todas las pistas encontradas indicaron haber sido cometidos
por las mismas manos. Estos cinco asesinatos se cometieron en la segunda mitad
del año 1888. Los otros seis asesinatos sucedieron antes de los cinco
"canónicos" o después de ellos siendo 1891 el punto final de los
asesinatos de Whitechapel. Los homicidios cometidos en esta zona lanzaron a
Whitechapel al punto de mira de la sociedad londinense, dándose cuenta de ese
modo del nivel de pobreza del East End de Londres. A partir de ese momento los
reformadores sociales pusieron su atención en la zona, revitalizándola al ver
el estado de pobreza en el que se encontraba. Hoy en día, el este de Londres
explota la historia de Jack el destripador como parte de su folklore.
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