Atolón remoto, hechizado y magnífico, Manihi es una
auténtica joya con sus extravagantes fondos marinos. Un único canal conecta la
espléndida laguna con el océano abierto: es el estrecho de Turipaoa, en la
orilla en la que surge la única aldea de la isla. Manihi es conocida como la
isla de las perlas porque aquí se hallan numerosos cultivos de la famosa perla
negra y su laguna está cuajada de pequeños talleres de producción. Las aguas
cálidas y transparentes invitan a todos los submarinistas, desde los expertos a
los principiantes, a mecerse entre miles de meros multicolores, peces ballestas
y peces Napoleón.
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