Nosotros, acostumbrados a vivir relativamente cerca del eje
del Ecuador o bien encima del mismo dependiendo de la nación en la que uno se
encuentre, estamos acostumbrados a vivir el día y la noche en franjas horarias
relativamente estables. Las doce de la noche es, por definición, hora de estar
dormido o acostarse: noche entrecerrada. Al margen de la luz artificial, lo
único que alumbra un poco es la luna, aunque lo hace con una iluminación tenue
y leve, incomparable a la del Sol. Pero en países como Noruega cosas tan
normales para nosotros como que a la medianoche sea de noche son algo que no
ocurre en todo el año. Los soles de las mediasnoches de verano en Noruega son
una atracción que enamora a la vista, y los turistas se pelean por conseguir la
mejor vista del fenómeno natural.
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