Etimológicamente, como ya se señaló, la palabra cenote —con
la que se designa un pozo natural en terreno calizo, formados por el
derrumbamiento del techo de una o varias cavernas procede de la voz maya
dz'onot, tzonot o Ts'ono'ot (sustantivo masculino) que significa «caverna con
agua». En algunos cenotes los mayas hacían sacrificios humanos rituales; los
expertos han corroborado a través de un proceso de análisis de los huesos
(osteotafonómico), que la mayoría de los restos hallados por arqueólogos y
buceadores pertenecían a niños menores de 11 años y a adultos varones.
Generalmente, en este tipo de restos se hallan marcas rituales como cortes para
desarticular o descarnar, huesos quemados y marcas de desollamiento.
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